Con
tus
ojos
llenos
de estrellas
me
dijiste que me amabas
sin
saber
que
habíamos llegado tarde
a
nuestro encuentro.
Y
aún me dueles
cada
vez que te sueño,
pues
era a ti
a
quien yo buscaba
en
cada beso que di.
Aún hoy, cuando te recuerdo,
mi
corazón
de
nuevo se llena de estrellas.
Una tardanza que no reconoce la noción del tiempo...
ResponderEliminar