miércoles, 23 de enero de 2013

El último día



Moriré 
una mañana fría y lejana.
En las altas montañas dejaré de existir.
Desapareceré en una quebrada de agua cristalina.
Me disolveré en el páramo.
Seré olvidado con el vuelo del último pájaro.
Dejaré de ser en la niebla.
Me haré un ovillo
para envolverme en mi propio sueño.
Cerraré los ojos
y partiré, me iré muy lejos
hasta el definitivo olvido.
Navegaré sin memoria en el infinito.
No seré luz ni sombra,
ni siquiera un recuerdo,
o un comentario,
o una lágrima furtiva.
No seré nunca más el enamorado,
ni sabré quién me sigue amando
a pesar de los pesares.
Ni el mundo ni yo nos haremos falta,
pero en la memoria
de una mujer que yo no sabía que me amaba
mi sonrisa seguirá viviendo
y le acelerará el corazón, le devolverá el color
a sus sueños.

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